viernes, 15 de abril de 2011

Capitulo 2-

Los centinelas la miraron entrar bruscamente al cuartel

"-soy la esposa del coronel Scorch Blazer -" dijo

El centinela a cargo se le acerco..

"- Querra decir el señor blazer -"

La eriza apreto el puño con ira y dijo

"- si señor -"
"- No se permiten visitas-"
"- pues yo entraré con o sin su permiso, si tiene orden de disparar hágalo -"

El centinela recordo como se había sublebado el pueblo apoyando a esa mujer, así que, a pesar de tener la orden de que el preso no podía tener visitas, le cedió una entrevista de 15 minutos.

La revisaron y ella mostró lo que llevaba en la bolsita

"-Algo de ropa y un dulce de leche-" dijo

La dejaron pasar. Ella camino rápido, sin llegar a correr. Sus pasos retumbaban por el pasillo de la escuela hasta llegar a la habitación donde estaba el preso. El centinela giró la llave y dejó entrar a la eriza

"- 15 minutos - reiteró- ni uno más -" dijo retirándose y cerrando la puerta por fuera

"-Si van a matarme, háganlo de una buena vez, ya me estoy aburriendo -" dijo el preso, aún valanceandose con el pie y mirando el techo

"- Si no lo veo, no lo creo. ¿Tan resignado estas?-" dijo la eriza

Al escuchar esa voz, salto de la hamaca y vio a su mujer. Tenía el rostro cansado y una mirada tierna.

"- Iris ..-"

"- te traje esto -"

La eriza le ofreció la bolsa con la ropa y el dulce. La ropa era de Scorch antes de que se fuera a la guerra, algo más juvenil. Ya que la ropa que andaba trayendo en ese instante estaba rasgada y sucia.

"- Tus hijos estan bien, hace poco me preguntaron por tí-"
"-me encantaría estar con ellos y contigo -"
"- te dije que desistieras aquella vez-"
"- para entonces, ya estaba muy involucrado-"
"- te traje esto además-"

La eriza sacó el revolver de sus faldas y se lo paso.

"- Por ahora no me sirve..pero dámelo de todas formas, no te vallan a revisar al salir-"

Se escucharon los pasos del centinela a cargo aproximarse, la eriza abrazó a su marido

"- Sc...-"
"-shh, no digas nada...Piensa que ya me mataron-"

El erizo cogió suavemente la cara de la eriza y se besaron, apasiguando un poco sus sentimientos. Llego el centinela y la eriza se retiro con los ojos humedos, disimulando su pena.

"te amo"- alcanzo a escuchar que le decía su marido